lunes, 16 de abril de 2007

ayer estaba en el viejo cine de posmópolis, aquél donde la pantalla es una pared muy agrietada y llena de clavos. fui a ver una película donde una mujer llega a una ciudad en el extranjero y donde hablan un idioma que desconoce por completo. durante la película jamás se explica qué hace ella ahí. más que una película es un cortometraje: dura 23 minutos. todo el cortometraje la mujer pasea por la ciudad. sola. siempre sola. sin nadie. no sonríe. tampoco llora. observa sin mucho interés y sin asombro lo que le rodea: anuncios luminosos en los edificios, relojes en cada esquina, la segunda piel de la ciudad es de plasma. en la última toma de la película ella se encuentra en una azotea. se sienta al borde de ésta y observa toda la ciudad. la cámara la toma en un close up y ésta poco a poco se aleja hasta que la mujer se convierte en un punto y la ciudad en una inmensidad de laberintos y callejones a ninguna parte. fin de la película.

salí del cine deseando esa soledad.
ya me siento listo para vivir ahí. agrietado y sin emoción.

1 comentario:

Lendi Loo dijo...

para el joven que probablemente algún día leerá este comentario en un paseo solitario que de por su blog:

aún es abril


te quiero!